Según Ellsworth Mason en su «Mason On Library Buildings» (1980), una buena parte del fracaso de los edificios de las bibliotecas se debe no tanto al arquitecto, como los bibliotecarios suelen decir, como a nuestro propio desconocimiento de la organización de espacios, así como a nuestras dificultades para transmitir adecuadamente al autor del proyecto nuestras necesidades y las de los usuarios.
Es verdad también que los bibliotecarios no suelen ser consultados cuando se diseña un nuevo espacio bibliotecario, aunque esto no quita para que nos preguntemos si estamos preparados profesionalmente para asumir dicha tarea: la planificación de espacios. Los planes de estudio no ofrecen formación suficiente sobre esta materia tan importante, por lo que al bibliotecario no le queda otra que acudir a fuentes externas para poder realizar esta tarea con éxito.
Además, como en España apenas encontramos la figura del consultor de bibliotecas, solo nos queda aprender todo lo que podamos sobre la planificación de una biblioteca en libros y artículos y conocer directamente otros proyectos ya realizados, estudiar dichos edificios, tanto los que han salido bien como los que no.
Lo que está claro es que a la hora de planificar un edificio destinado a biblioteca, el bibliotecario debe tener un papel fundamental, que no siempre ejerce.