El objetivo fundamental de una biblioteca de prisión consiste en satisfacer las necesidades educativas, recreativas e informativas de las personas reclusas. Esto significa que la biblioteca ha de apoyar la educación reglada, los programas de rehabilitación, el aprendizaje independiente y el estudio en general. Debe ser un lugar de retiro e independencia, ofreciendo lectura y actividades para el ocio.
Debe, además, convertirse en un centro de información a la comunidad sobre el exterior, y en un centro para la formación e información del personal, un servicio para consulta sobre las materias relacionadas con su trabajo.
Así pues, la biblioteca de una institución penitenciaria se acerca más al ideal de biblioteca pública, aunque en España tradicionalmente se le haya adjudicado el papel de biblioteca escolar.
