El viernes pasado iba yo por el Puerto de la Torre, en Málaga, cuando ví el bibliobús que recorre los distintos barrios de mi ciudad. Me quedé observándolo un buen rato, dejando la mente volar. Un bibliobús es un autobús acondicionado como biblioteca. El objetivo de esta biblioteca móvil es idéntico al de cualquier biblioteca pública: facilitar el acceso a la información, la cultura y el uso del tiempo libre a todos los ciudadanos, sobre todo a aquellos que por vivir en núcleos pequeños o dispersos carecen de una biblioteca estable.

Mirando el bibliobús del Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga me vinieron a la memoria mis apuntes de historia de las bibliotecas, y recordé que hace ya más de un siglo se creó la que puede ser considerada como primera biblioteca móvil. Fue en 1905 cuando la biblioteca de Hagerstown (Maryland, EE.UU) construyó un “carro-biblioteca” de la cual se encargó el conserje Joshua Thomas. En España estamos habituados al bibliobús, pero eso no significa que sea la única forma de biblioteca móvil, ya que en otros países se utilizan medios de transporte diferentes, incluidos los animales. Esto sucede, sobre todo, en lugares donde los caminos no están en buenas condiciones o donde no hay dinero para acondicionar un autobús o camión como biblioteca.

Tenemos, por ejemplo, el caso del colombiano Luis Humberto Soriano, un maestro-bibliotecario que lleva libros en burro a comunidades aisladas de Colombia. O las bibliolanchas que recorren el Delta del río Paraná (Argentina). O las camello-bibliotecas de Kenya…

El bibliobús es un útil instrumento de extensión bibliotecaria, fundamental sobre todo para las zonas rurales. Pero no puede funcionar con eficacia de forma aislada, sino formando parte de un sistema bibliotecario amplio y coordinado. Para que un bibliobús tenga éxito y sea útil hay que planificar este servicio con antelación. Habrá que analizar una serie de cuestiones, siendo las más importantes la población que el bibliobús atenderá, los recursos, el equipamiento, el personal que estará al frente, la colección y el presupuesto con que contará. Además, el funcionamiento y resultados del bibliobús, al igual que ocurre con los servicios de una biblioteca pública fija, deberá ser evaluado de forma continua.

Entonces se me ocurrió que Biblioposiciones es un poco como un bibliobús. Llevamos la preparación al lugar escogido por cada persona. Vivas donde vivas, en cualquier parte de España – y del mundo, pues por nuestras aulas virtuales pasan cada mes clientes de distintos puntos geográficos – vamos a ti para ofrecerte una preparación bibliotecaria profesional de la forma que mejor te convenga. Sin incómodos desplazamientos, sin horarios rígidos preestablecidos y con una plantilla de profesores y profesoras dispuestos a solventar todas tus dudas.

Curiosas asociaciones. Bibliobuses, Biblioposiciones

Rocío Martínez Bocero

Directora-Coordinadora de Biblioposiciones.com

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