Múltiples organismos nacionales e internacionales (OCDE, UNESCO, UE…) han hecho un esfuerzo en los últimos años por concretar cuáles deben ser las competencias clave en educación y prácticamente hay unanimidad a la hora de señalar la necesidad de alfabetizar informacionalmente (ALFIN). Esta es la herramienta para adquirir competencias en información, lo cual es clave para el desarrollo, participación y comunicación en sociedad, teniendo como bases tanto la competencia lectora como la digital.
Lo que no se ha llegado a concretar es una denominación común para lo que hemos optado por denominar ALFIN entre profesionales del mundo de la información y de la educación de nuestro país, aunque la denominación más extendida, sobre todo en el entorno educativo y afines, es la de competencia digital. Es fundamental unificar conceptos, definiciones, contenidos y desarrollos en cuanto a esta competencia llamada también alfabetización mediática, alfabetización mediática e informacional (AMI), alfabetización digital, educación en tecnología de la información…
La alfabetización informacional es una competencia transversal clave en cualquier currículo educativo. Hoy en día es imposible trabajar con eficacia en el campo de la comunicación y la información sin un enfoque holístico y sistemático de la formación en actitudes creativas y el uso competente de la información en sus diferentes formas, una filosofía presente en los documentos de la UNESCO y la Unión Europea.
La definición de la alfabetización informacional se ha vuelto más compleja, ha progresado desde la habilidad para buscar y utilizar recursos de información a las alfabetizaciones múltiples: la digital, visual, textual y tecnológica que se han unido como habilidades cruciales para este siglo. Pero debemos subrayar la importancia de no restarle peso al concepto amplio que abarca frente a la competencia digital, entendida exclusivamente como el aprendizaje en el uso de las tecnologías de la información.