La catalogación en España comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando Pedro García, bibliotecario 5º de la Real Biblioteca, preparó las “Reglas que se han de observar para hacer las cédulas para un índice general”. Son las primeras reglas de catalogación españolas y tienen la influencia del Código francés de 1791. Fue redactado por Jean-Baptiste Massieu para catalogar los fondos que el gobierno expropió en la Revolución Francesa y su objetivo era garantizar la uniformidad en la catalogación de las colecciones nacionales francesas.