Tras la reciente eliminación por el nuevo gobierno de este importante órgano directivo del Ministerio de Cultura, publicada en el BOE número 315 del pasado 31 de diciembre de 2011 mediante Real Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre, por el que se establece la estructura orgánica básica de los departamentos ministeriales, llegan las reacciones de los diferentes colectivos vinculados al desaparecido departamento, reacciones que fluctuan desde el completo rechazo hasta su valoración más positiva estando representadas ambas posturas por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE) o el Gremio de Libreros de Madrid, y la Federación de Gremios de Editores de España (FEGG) respectivamente. Los primeros no creen que la separación del libro con respecto a las bibliotecas suponga una mejora presupuestaria que justifique algo tan drástico, por el contrario, estiman tal medida como un atentado cultural, especialmente reveladoras son en ese sentido las palabras de Andrés Sorel, Secretario General de la ACE: «Nos parece una barbaridad la supresión del libro en momentos en los que se necesita potenciarlo y defenderlo. Es retroceder a la época de los bárbaros. Solo nos falta restablecer la censura. Vamos de vuelta a un Estado Nacional-Católico y entiendo que el libro moleste a ese tipo de personas». La FEGG sostiene en cambio que el hecho de que la nueva dirección general singularice al libro dentro del conjunto de industrias culturales revela la importancia que tiene para la economía y la industria española. ¡Poco más se podía decir!

Miguel González Erichsen
Biblioposiciones.com

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