En Internet encontramos mucha información. Pero es cierto que estos contenidos no están siempre contrastados. Cualquiera puede publicar información, desde las instancias más científicas a meros aficionados. Y esa es la grandeza y, al mismo tiempo, el problema cuando se trata de redactar un buen temario para nuestras oposiciones a bibliotecas.
Para hallar información valiosa hay que saber buscar y en no pocas ocasiones, la buena información hay que pagarla.
En este supermercado virtual de información que es Internet hay que ir con pies de plomo. Hay que cribar muy bien lo que se coge de la red y no cogerlo de cualquier fuente. Hemos visto auténticas barbaridades que pasan por temarios completísimos. Una persona experta en la materia enseguida se da cuenta. Un/a principiante, no. Cuidado con esto. Sólo acudiendo a personas e instituciones de reconocido prestigio en cada ámbito del saber se puede estar seguro de que la información que de ellos emana no va a ser errónea.
