Paul Otlet, pionero en la gestión de la información
Nació en Bruselas (Bélgica), en 1868.
Estudió en las universidades de Lovaina, París y Bruselas, y se licenció en Derecho en 1890. Siguió las corrientes positivista e internacionalista. Era hijo de un conocido empresario en el ámbito de la minería, construcciones de ferrocarril, tranvías e inmuebles. Cuando murió su padre, Otlet se encargó del negocio familiar, lo cual estaba muy lejos de ser su vocación, ya que siempre tuvo interés por la bibliografía.
El trabajo de Otlet estuvo ligado a Henri Lafontaine, a quien conoció en 1891 en la Sociedad de Estudios Sociales y Políticos de Bruselas. Otlet y Lafontaine tuvieron una visión internacionalista en sus trabajos, por lo que organizaron y participaron en numerosos congresos a lo largo de sus vidas, así como en la fundación de diversos institutos, todos ellos con la idea de promover la cooperación internacional como una vía para el progreso de la humanidad.
Otlet recopiló sus ideas en dos obras: Traité de Documentation: le livre sur le livre (1934), líneas generales y principios sobre la bibliografía y la documentación, y Monde: essai d´universalisme (1935), temas sobre cooperación internacional.
En sus trabajos, Otlet siempre tuvo en mente un problema central de la sociedad: cómo hacer que el conocimiento registrado estuviera disponible para quien lo necesitara y con ello contribuir al enriquecimiento intelectual de la humanidad.
Paul Otlet vivió años en los cuales el conocimiento humano produjo grandes inventos en todos los campos; fue también un periodo de intensos acontecimientos políticos y sociales, todo ello lo refleja Otlet en sus escritos y obras, adelantándose en muchas ocasiones al futuro no sólo de la bibliografía, sino del desarrollo de las tecnologías, por lo que se le considera un visionario de la documentación.
En cuanto a sus influencias, Otlet cita en sus obras a estudiosos de la bibliografía y del libro, pero también a inventores (Morse, Edison, Lumiére, Braille), filósofos (Freud, Nietzche), sociólogos (Durkheim, Russell), matemáticos (Einstein, Lemaitre) y escritores (H. G. Wells).
En el campo científico, las ideas evolucionistas de Charles Darwin, así como el positivismo representado por Augusto Comte, fijaron en Otlet la idea de dotar a las ciencias sociales de una clasificación y tratamiento científico, igual que el de las ciencias naturales.
Su contexto se caracterizó por los inventos y el progreso técnico y laboral de la industria; así surgen: la máquina de escribir, el fonógrafo, la fotografía, la caja registradora, el teléfono, las máquinas de monedas, la radio, el altavoz, la impresión en offset, el cine, la televisión, el bolígrafo y, en 1944, año de la muerte de Otlet, empieza a funcionar el primer ordenador digital de alto rendimiento en la Universidad de Harvard.
En la economía, Inglaterra se encontraba estancada mientras que Francia, Alemania y particularmente Estados Unidos junto con Japón, tuvieron un importante desarrollo. La nueva fuente de energía era la electricidad, las comunicaciones iban a la vanguardia y el mundo había adoptado el patrón oro para sus transacciones.
Finalmente, los acontecimientos políticos más significativos de la época fueron: la primera y segunda guerras mundiales (1914-1918; 1939-1945), hechos que modificaron la sociedad y geografía europea. Fue significativa también la Revolución Rusa (1917), pues al fin de tales eventos Europa se encontraba pobre, con grandes pérdidas humanas, agitación social, caos financiero e inflación. En Alemania surge el Partido Obrero Alemán, uno de cuyos miembros era Adolfo Hitler. Hacia 1930 inicia la Guerra Civil Española y deja lugar al general Francisco Franco, quien ocupó la jefatura del Estado español hasta 1975.
INSTITUTO INTERNACIONAL DE BIBLIOGRAFÍA
Paul Otlet y Henri La Fontaine fundaron, en 1893, el Instituto Internacional de Bibliografía Sociológica, al que denominaron posteriormente Oficina Internacional de Bibliografía y, dos años más tarde, en 1895, el Instituto Internacional de Bibliografía (IIB), como resultado de la Conferencia Internacional de Bibliografía.
El IIB tenía como propósito organizar las diferentes fuentes de investigación científica con la elaboración del Repertorio Bibliográfico Universal (RBU), organizado conforme a la Clasificación Decimalde Dewey (CCD), y promover la cooperación internacional en todos los países.
El organismo siguió funcionando con su sede en Bruselas hasta 1929, año en que se traslada a La Haya, Holanda. En 1931 modifica su nombre y se convierte en el Instituto Internacional de Documentación (IID) y en 1938 se le nombra Federación Internacional de Documentación (FID). En 1986, año muy posterior a la muerte del belga, se denominaría Federación Internacional de Información y Documentación (FIID).
REPERTORIO BIBLIOGRÁFICO UNIVERSAL
La creación del Repertorio Bibliográfico Universal (RBU) fue uno de los compromisos adquiridos por el IIB. El RBU se concibió como un catálogo muy amplio para registrar y clasificar toda la producción intelectual del mundo, en el cual deberían estar registradas todas las obras, todos los escritores, todas las épocas, todos los países, todas las formas, todas las materias del saber humano. El RBU fue la suma de las bibliografías particulares, tanto nacionales como internacionales.
Para mantenerse vigente, el RBU requería de la cooperación de varias partes: autores, asociaciones y grupos científicos, los cuales enviarían la lista de sus escritos; las bibliotecas, creación de sus catálogos con copias; los editores, con sus catálogo de publicaciones; etc. Las bibliotecas nacionales de cada país deberían encargarse de catalogar las obras de su país y las asociaciones internacionales serían responsables de las publicaciones en su especialidad.
Los registros para el RBU se hacían sobre las fichas universales y estaban divididos por autores y materias. Con él se podían consultar las obras en el mismo sitio o podían recibirse extractos por correspondencia (fotocopia, fotografías, etc.), gracias a los nuevos inventos en la materia. El RBU pretendía llegar a ser el catálogo de la biblioteca mundial ideal, formado por un ejemplar de cada edición de los libros existentes en todas las bibliotecas del mundo.
LA CLASIFICACIÓN DECIMAL UNIVERSAL
Para los trabajos del RBU Otlet defendió el uso de la ficha de 7.5 x 12.5 cm, pues facilitaba intercalar nuevos registros; pero también reconoció el potencial de la Clasificación Decimal de Dewey para la organización temática de un catálogo universal de publicaciones.
En 1895, Otlet contactó con Melvil Dewey, pidiéndole autorización para traducir y utilizar su sistema de clasificación. Así inicia una larga relación epistolar que continuó incluso con el hijo de Dewey buscando promover el uso de un único sistema en la clasificación a nivel mundial. Sin embargo, fueron surgiendo divergencias en el uso del sistema de Dewey, lo que condujo al desarrollo y constitución formal de la Clasificación Decimal Universal (CDU), sistema numérico para la clasificación y recuperación de información.
La primera publicación de la CDU apareció en francés en 1899 bajo el título Manual del Repertorio Bibliográfico Universal. La segunda edición apareció entre los años 1927-33, ya titulada Clasificación Decimal Universal. Este sistema organiza las distintas áreas del conocimiento en 10 categorías, del 0 al 9, y éstas a su vez pueden subdividirse en 10 subcategorías, y así sucesivamente. Emplea la notación decimal y una serie de signos que sirven de conexión entre estos números (de adición, extensión, relación y síntesis). La principal diferencia entre la CDD y la CDU radica en que esta última permite un mayor grado de especificidad en la clasificación, de modo que es posible clasificar incluso el artículo de una revista.
EL TRATADO DE DOCUMENTACIÓN
Paul Otlet es conocido en la historia de la biblioteconomía como el padre de la Documentación, pues fue él junto con Henri LaFontaine, quienes dieron los primeros pasos para institucionalizar y organizar la actividad documental en el mundo.
En 1934 Otlet publica el Tratado de documentación, considerado el primer libro escrito en la materia y la base para fundamentar la concepción científica de la Documentación. En él describe el recorrido que debe hacer el documento: elaboración intelectual (redacción, composición); elaboración material (impresión, reproducción); descripción (catalogación, bibliografía y otros estudios); crítica (juicios sobre el libro); distribución y circulación (edición, librería, transporte, intercambio, depósito legal); conservación; utilización (lectura, creación de nuevos libros, asimilación de otros) y destrucción (enfermedad, accidente, muerte del libro).
En esta obra Otlet habla del libro y del documento pues, atento a los avances de su época, adelanta que el libro ya no sería el único soporte de información y tiene en cuenta los nuevos tipos de materiales: fotografías, diapositivas, fotocopias, películas de cine, programas de radio. Ya entonces se muestra partidario de que el libro debía dejar paso a un concepto más amplio y universal, el documento.
DE LA BIBLIOGRAFÍA A LA DOCUMENTACIÓN
Una de las teorías de Paul Otlet es que cualquier ciencia pasa por tres estadíos: el estático, el dinámico y el genético o evolutivo. Lo mismo ocurrió con la biblioteconomía, que había permanecido mucho tiempo estática y debía entonces evolucionar. Este cambio ocurrió en tres tiempos:
1) Época de la biblioteconomía: centrada en la recolección y catalogación de libros.
2) Época de la bibliografía: se vuelve necesario ampliar el concepto de libro y sustituirlo por el de documento. La disciplina se vuelve autónoma con respecto a la biblioteconomía.
3) Época de la documentación:
El interés principal de Otlet fue organizar y hacer accesible el conocimiento, por ello estaba convencido de que las tareas de la biblioteca debían tener un carácter social. Para él los fines de la documentación debían ser:
a) Analizar, ordenar y sintetizar los datos del documento.
b) Elaborar formas documentales que reflejen el pensamiento científico o práctico.
c) Hacer progresar el conocimiento y las informaciones prácticas.
d) Provocar invenciones que generen transformaciones profundas que equivalgan a verdaderas revoluciones.
Divide la Documentación en:
– Documentación científica. Enfocada a la investigación científica.
– Documentación pedagógica: aplicación a la enseñanza.
– Documentación informativa: aplicación a la documentación de la noticia y de su circulación en la sociedad.
– Documentación instructiva: aplicación a los distintos tipos de gestión.
INFLUENCIA DE LA OBRA DE OTLET Y APORTACIONES AL CAMPO DE LA BIBLIOTECONOMÍA Y DOCUMENTACIÓN
Las ideas de Paul Otlet siguen generando polémica, asombro y continúan tan vigentes como cuando las formuló.
Sus estudios fueron la base de lo que hoy se conoce en Estados Unidos como Ciencias de la Información y en Europa como Informática, por sus conceptos y el énfasis que pone en la importancia del análisis y síntesis de los documentos para su recuperación, que en la última parte de sus escritos lo llevó a utilizar el término “codificación” como el siguiente paso de la documentación.
Entre sus aportaciones más destacadas:
-Establece las bases de la documentación.
-Promueve el uso de la CDD, y posteriormente la base para la CDU.
-Fomenta la realización de estadísticas en el campo bibliotecario (bibliometría).
-Propone las bases para el desarrollo de bases de datos y redes de información.
-Sustituye el “libro” por el “documento”.
-Promueve la cooperación bibliográfica internacional para lograr una normalización y control en las clasificaciones que permitiera la recuperación e intercambio de información de cualquier país, en cualquier momento.
-Promueve la indización documental, a través de la síntesis y análisis.
-Prevé la aparición de las nuevas tecnologías: la atenta observación
de los hechos que a su alrededor sucedían, permitió a Otlet extrapolar la tecnología de su tiempo y proponer una visión revolucionaria de una tecnología sofisticada que pudiera manejar el acceso al conocimiento de forma más rápida y universal. Asimismo, advirtió que las tecnologías terminarían por ser un apoyo a la enseñanza.
En 1944 se pone en funcionamiento el primer ordenador digital de alto rendimiento, pero ya antes Paul Otlet había anticipado el procesamiento de los textos por ordenador, empleando términos que hoy son muy conocidos, como, por ejemplo, “hipertexto”. En sus anticipaciones sobre el futuro del libro se puede intuir su alusión a Internet, además de la red de bibliotecas universales.
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