En la narrativa contemporánea española el escritor que más menciona las bibliotecas es Pérez Reverte, pero su biblioteca no es la pública de uso corriente, sino, como ocurre en La Carta esférica y antes en El Club Dumas o La piel del tambor, la biblioteca especializada de un bibliófilo o de un anticuario, del Museo Naval, del Archivo de la Marina, o la Universidad de Murcia. En ellas el entendido es capaz de desvelar los misterios de algún manuscrito, carta náutica o atlas por el que se roba o se mata.

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