El “fundraising” o captación de recursos externos se está aplicando al ámbito bibliotecario desde hace años. Este término inglés proviene de los términos “fund” (fondos/recursos) y “raising” (del verbo “to raise”, que significa captar, recaudar, conseguir). Consiste en la acción directa de captar fondos para una causa.
El fundraising ha tenido su más amplio desarrollo en el ámbito anglosajón y angloamericano, sobre todo en Estados Unidos, donde las organizaciones sin ánimo de lucro, de voluntariado y de asistencia social han encontrado en él las estrategias de captación de recursos para llevar a cabo sus proyectos sociales y humanitarios.
En el contexto de las bibliotecas, el “fundraising” es la captación de recursos de un variado origen como consecuencia de la aplicación de una estrategia de marketing y comunicación, que contribuye a realizar la misión de la biblioteca gracias a las aportaciones externas.
Un componente esencial del “fundraising” es la investigación, que supone recoger información acerca de la estrategia más adecuada de recolección de fondos, las diferentes técnicas a aplicar, los posibles colaboradores, conocimiento de su política de responsabilidad social, la misión, los valores de la organización, quién se encarga de establecer las relaciones, quién toma las decisiones, y las ventajas o inconvenientes que nos puede reportar esta relación.
Pero el “fundraising” no consiste fundamentalmente en recoger fondos, su esencia se encuentra en el inicio de un discurso de relaciones, imagen, visibilidad y diversificación de contactos con nuevos públicos. El componente ético es muy importante.