La biblioteca pública nace como una institución abierta a toda la sociedad: en sus orígenes va unida a la extensión de la instrucción elemental de las clases populares experimentada durante el siglo XIX, derivada de una compleja serie de motivaciones (morales, humanistas y filantrópicas; sociales; políticas; económicas). A diferencia de otras bibliotecas (escolares, universitarias, centros de documentación especializados) que trabajan para públicos más homogéneos, la biblioteca pública se dirige al conjunto de los componentes de la comunidad en la que se establece, sin limitaciones de edad, sexo, formación, creencias, ideologías, etc.